Según los datos del INE, el sector comercio creció un 0,6% real anual en noviembre de 2018, desacelerándose fuertemente respecto al alza de 8,9% de octubre y acumulando un alza de 5,3% entre enero y noviembre de 2018. De esta manera, las tres divisiones que conforman el indicador se desaceleran en el décimo primer mes del año, a diferencia de los meses anteriores donde se veían fuertes crecimientos en Mayoristas y sector Automotriz.

Mayoristas reportó un incremento anual de 1,7%, tras el alza de 12,1% de octubre, acumulando entre enero y noviembre un aumento de  6,7% real.

Por su parte, el sector automotriz evidenció un crecimiento real en noviembre de 3,1%, cerrando los once meses del año con un alza de 10,6%.

El sector minorista -sin incluir el sector automotriz- acentuó aún más la debilidad mostrada durante 2018, cayendo un 1,6% real. En el resultado incidió principalmente la baja de 1,6% en las ventas en almacenes no especializados (grandes tiendas y supermercados).  Para Bernardita Silva, gerenta de Estudios de CNC “esta baja está en línea con el Índice de Ventas Minoristas de la RM de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC), medidas en términos de locales equivalentes, el cual marcó en noviembre una baja real anual de 2,3%, resultado incidido principalmente por la baja en la Línea de Artículos Electrónicos”.

Los resultados dan cuenta de una desaceleración para el sector Comercio, influido principalmente por la caída en el sector minorista, donde los bienes durables fueron los más afectados con una baja de 4,7% anual (los artículos electrónicos incidieron fuertemente en la caída). Este resultado negativo no se veía desde diciembre de 2015.

De esta manera, el sector minoristas -sin contar automóviles- se ha mantenido debilitado en lo que va del año, acumulando entre enero y noviembre un alza de 2,1%, por debajo del crecimiento alcanzado en igual período de 2017 (3,0%). “De hecho, es muy probable que cierre el año con un alza de sólo 2,0%” aseguró la gerenta de Estudios.

Para la experta “varios han sido los factores que han gatillado esta debilidad en el sector minorista -sin contar automóviles- durante el 2018. Por un lado la caída de las compras argentinas influyeron en la debilidad del primer semestre. A esto se sumó una temporada de invierno que se demoró en llegar y donde escasearon las lluvias. En tanto, en la segunda mitad del año el efecto argentino se disipa, pero la caída de la confianza de los consumidores comenzó a afectar las ventas del sector, junto  a un mercado laboral que se ha demorado en despegar” concluyó.