• Daniel Llorente indicó que «esta herramienta busca medir la realidad territorial en relación con las dimensiones de productividad, calidad de vida y sustentabilidad, convirtiéndose en un instrumento que coordina las políticas publicas para movilizar las potencialidades de cada territorio y nos permitirá influir en temas que guardan relación con nuestra región». 

 Daniel Llorente, director zona norte de la CNC y presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (Corproa) participó en un webinar organizado por el Departamento de Estudios y Análisis Territorial de la División de Estudios y Políticas Públicas de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), donde se presentó el Índice de Competitividad Regional 2020 (ICR). En la instancia, intervino en un panel sobre la importancia de este indicador para el desarrollo regional, junto a Gonzalo Valdés, director de Políticas Públicas de la UNAB; Leonardo Letelier, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile y Mauricio Salgado, académico y gerente general de Gesinfra Consultores.

Durante la conversación, Llorente señaló que para el gremio este es una herramienta muy importante desde una mirada regionalista, con respecto a la información y la calidad de esta, ya que “poder tener este instrumento nos cambia la manera de trabajar desde el punto de vista gremial y nos permite tener datos más concretos, ya que por ser un país muy centralizado  y diverso, Chile tiene realidades distintas en cada región y con este instrumento tendremos un detalle y esto permitirá a los gobiernos regionales ser mas precisos en las inversiones que se  requieran”. Añadió que “es una herramienta que coordina las políticas publicas para movilizar las potencialidades de cada territorio y nos permitirá influir con nuestra opinión en temas que guardan relación con nuestra región. Existen desafíos que nos preocupan, vemos como en algunas regiones somos productivos pero los indicadores como la calidad de vida no se están portando muy bien”.

En su intervención, el presidente de Corproa aseguró que “este indicador nos permite ver que, por ejemplo, en el caso de Atacama la productividad es alta debido a la minería que es la principal industria, pero que en temas de innovación estamos bajos. Podemos ver los puntos donde como gremio podemos colaborar con el sistema y podemos hacer nuestra parte, por ejemplo, que debemos aumentar la innovación, que tenemos problemas de sustentabilidad y que debemos trabajar en temas medio ambientales. Esta herramienta posibilita generar trabajo mancomunado con las autoridades, mesas de trabajo y seminarios y que exista una comunicación fluida y con estos antecedentes podemos enfocar la conversación y ser bastante más eficientes”.

Durante este webinar la SUBDERE dio a conocer los principales hallazgos del índice de Competitividad Regional. Este instrumento, que históricamente ha buscado ser un insumo para potenciar el desarrollo de las regiones, fue medido por la subsecretaría desde el año 1997 hasta el 2008. Sin embargo, en un esfuerzo técnico y académico, se logró realizar una actualización 2020, que pretende entregar antecedentes de las potencialidades, carencias y desafíos futuros de cada uno de los territorios heterogéneos del país.

“Para medir la realidad regional, esta nueva versión del ICR se estructura sobre la base de tres dimensiones trascendentales: productividad, calidad de vida y sustentabilidad.  Su aplicación y uso, nos permitirá tener una visión más amplia sobre el avance y evolución de las regiones, convirtiéndose en insumo tanto para las instituciones de la administración del Estado que impulsan programas y proyectos en estos territorios, como para otros actores relevantes del ecosistema local, que podrán identificar nuevas áreas y oportunidades de desarrollo”, señaló Andrés Barrientos, jefe del Departamento de Estudios y Análisis Territorial de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo

Asimismo, Barrientos agregó que, “los resultados de competitividad del ICR entregan una medición robusta de cuáles son las fortalezas y debilidades de una región. Se determina cual es la posición relativa y como ha sido su comportamiento y el motivo. Para el futuro, permitirá ver cómo cada territorio evoluciona consigo mismo. Se trata de una medición relevante para ir diseñando los pasos que va a dar cada territorio, con un incremento en su autonomía del gobierno central, para la búsqueda de un mayor desarrollo y calidad de vida”.