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Por Cynthia Perisic: «Crisis marítimo-portuaria: Causas y efectos de un colapso sin precedentes»

20/10/2021
  • La situación se explicaría por la grave escasez de contenedores para el transporte de mercancías y los problemas operativos que evidencian los puertos a nivel mundial.

Por Cynthia Perisic, gerente general de la Asociación Logística de Chile-ALOG Chile A.G.

El comercio exterior global enfrenta en la actualidad una crisis sin precedentes, a partir de la crítica situación que atraviesa el transporte de carga marítima, que en los últimos 18 meses ha estado inmerso en lo que expertos a nivel mundial han denominado como “un ciclo destructivo de extensos retrasos y costos disparados”, situación que se extendería de cara a 2022 y que se explicaría por la grave escasez de contenedores para el transporte de mercancías y los problemas operativos que evidencian los puertos a nivel mundial.

¿Cómo hemos llegado a esta aguda crisis? Uno de los factores que explica el escenario actual es el alza en los niveles de consumo en Estados Unidos (229%), que ha implicado un desbalance en la operativa Comex marítima, al volcarse hacia dicho destino el grueso de las naves en tránsito; la sobredemanda que ha generado el desabastecimiento de equipos contenedores, principalmente en Asia y, en consecuencia, hacia el resto del mundo. Las cifras avalan lo dicho. Según Container Trades Statistics, durante los primeros ocho meses de 2021, los envíos de carga hacia EE.UU.
Desde Asia crecieron un 25% en comparación con igual periodo de 2019.

Consecuentemente, las complejidades del propio ecosistema logístico portuario norteamericano han avivado la crisis, ralentizando todo el ciclo del transporte marítimo mundial y, en consecuencia, encareciendo las tarifas. Y es que EE.UU. atraviesa por una sería escasez de trabajadores portuarios calificados y transportistas para mover toda la carga que arriba hasta sus ya colapsados puertos; lo anterior, sumado a la sobredemanda, explica, por ejemplo, el colapso del Puerto de Los Ángeles que exhibe decenas de naves «a la cola” que llegan a esperar para entrar a la terminal.

LA DISYUNTIVA CHILENA

Mientras en la costa oeste norteamericana se apilan los contenedores que el mundo necesita, mercados emergentes como el chileno deben operar con lo que tienen a mano. Si bien la escasez de containers de 40 pies es importante, quizás lo más grave es la falta de equipos de 20 pies, altamente utilizados para la exportación de commodities. Lo anterior afecta, por ejemplo, a la industria vitivinícola del país, que no cuenta con equipos suficientes (y en algunos casos en las condiciones óptimas) para soportar el Flexi Tank.

Si la escasez de contenedores y el alza de las tarifas de fletes navieros complejiza el panorama en Chile, el evidente colapso de los terminales portuarios de la V Región ha levantado todas las alertas. Es sabido que, a raíz de la pandemia, los principales puertos nacionales han enfrentado serias problemáticas debido a la falta de recurso humano calificado y al cierre a una atención fluida del tercer turno. Aguas abajo, el atoche en el Puerto de San Antonio, por ejemplo, ha derivado en el reciente cierre de dos terminales extraportuarios que no pueden recibir carga debido a que su capacidad operativa está, literalmente, sobrepasada.

Adicionalmente, si consideramos que 2021 ha sido el peor año en materia de marejadas, la crisis portuaria a nivel nacional se vuelve crítica. Cada vez son más frecuentes los cierres portuarios por condiciones meteorológicas adversas, perjudicando gravemente el abastecimiento interno y las operaciones de Comex; sin hablar de los costos asociados a los cierres de puertos a nivel nacional, que en los últimos 12 meses han llegado a los US$ 345,4 millones.

Por cierto, la crisis portuaria de la zona centro del país ha tenido una grave repercusión en el resto del territorio.
Ejemplo de ello es lo que acontece en la austral Región de Magallanes; cuya Zona Franca —principal proveedor de insumos de primera necesidad y de alimentos no perecibles de la región— ha visto graves intermitencias en el suministro de bienes debido a que las operaciones de cabotaje que se originan en los puertos de la V Región se han postergado en reiteradas ocasiones. Así, las mercancías provenientes desde Asia, Europa o Sudamérica han llegado a esperar hasta 40 y 60 días para ser embarcados con destino a Punta Arenas.

A partir de lo dicho, es claro que nuestro país debe emprender acciones concretas y serias en materia de infraestructura y tecnología marítimo-portuaria, a fin de adaptarse rápidamente a los cambios que ya se visualizan para dicho sector. Es urgente tomar acciones de Estado que lleven a nuestro “entorno marítimo portuario” a alcanzar el estándar que un país dependiente del abastecimiento mundial, como lo es Chile, requiere.

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