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NO al Comercio ILÍCITO


Uno de los ámbitos históricos de preocupación y trabajo de nuestra Federación Gremial ha sido el permanente combate a la informalidad en nuestro sector, la que se traduce en expresiones como el contrabando, el comercio ilegal, la piratería y los abusos a la propiedad intelectual, todos fenómenos que impactan negativamente a nuestro país a nivel social, económico y legal.

Un ejemplo de este flagelo es la tasa de piratería de software en Chile, que indica que el 59% de software en nuestro país son falsificados, con un valor comercial que alcanza los 372 millones de dólares. En Estados Unidos, en cambio, el porcentaje de software pirateados sólo alcanza un 19%. ¿Qué garantías tiene para los usuarios, por ejemplo, un software pirateado? ¿Qué se puede exigir de una prenda falsa, o de un libro comprado en la calle, por cuya compra muchas veces ni siquiera recibimos boletas? ¿Sabemos los riesgos que puede traer, incluso para nuestra salud un cigarrillo o un cosmético falsificado?

El comercio ambulante ilegal es una amenaza al orden público y produce una competencia injusta hacia los negocios formales, que día a día trabajan por cumplir con todas las normativas existentes y ven que, quienes se instalan en las calles, no cumplen con ninguna norma. Representa, además, un daño para quienes se desempeñan en él, pues trabajan sin contrato y sin previsión social.

Junto con la pérdida monetaria, existe una alta correlación entre el comercio ambulante y la acción delictual, no sólo por el hecho de la venta ilegal de productos, sino también por el ambiente que se genera, altamente vulnerable al robo y los asaltos. Una de las conclusiones más relevantes que arroja la Décimo-Tercera Encuesta de Victimización del Comercio realizada por la Cámara Nacional de Comercio y que presentamos hace solo una semana, es que el 45,7% de los establecimientos comerciales fue víctima de algún delito durante el segundo semestre de 2015, y este porcentaje sube a 54,3% para aquellos con comercio ambulante ilegal en su entorno.

El desarrollo de esta actividad ilícita, sostenida en el tiempo, tiene un efecto perjudicial en un amplio rango de industrias que van desde el software, la ropa, los artículos de lujo, los cosméticos, hasta la música, los alimentos, el tabaco y los fármacos, entre otros. El daño ocasionado, merma la posibilidad del sector de desarrollar investigación y mejoras, lo que a la larga impacta en los consumidores finales.

En conclusión, el comercio ilegal y la piratería dañan al comercio establecido, dañan a los consumidores al exponerlos a productos defectuosos o peligrosos para la salud y dañan también al Estado, que deja de recibir ingresos por la recaudación de impuestos, los que podrían ser destinados a materias de alto impacto social y prioritarias en la agenda pública.

Al involucrar a diversos estamentos de la sociedad, la cooperación y la acción coordinada se hacen indispensables para combatir este fenómeno y reducir la actividad delictual. Es por todo esto que la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile, decidió convocar a diversos actores del ámbito público, además de las industrias afectadas, a este “Observatorio del Comercio Ilícito”, una iniciativa pionera, tanto en Chile como en América Latina y que busca posicionarse como un referente en el combate al comercio ilegal y contar con una herramienta que permita generar, sistematizar, cruzar y analizar información relevante sobre este tema, para contribuir en la toma de decisiones y en la generación de políticas públicas destinadas a su fiscalización y erradicación. No solo queremos decir NO al comercio ilícito, sino ayudar a generar, además, conciencia del impacto negativo que este tipo de delitos puede tener en nuestra sociedad.

Ricardo Mewes Schnaidt

Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo

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